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sábado, 21 de junio de 2008

"Dylan inventó su propia historia"



Por Diego Lerer para Clarin

Descubrí a Bob Dylan durante mi adolescencia, con discos como Blonde on Blonde o Highway 61 pero luego, cuando empecé la universidad, dejé de escucharlo y empecé a explorar otras cosas. Lo redescubrí cuando me mudé a Portland, a los 40 años", cuenta Todd Haynes, cuya película centrada en la figura del músico, I'm Not There, se estrena en breve en la Argentina tras pasar por la reciente edición del BAFICI.

El director de Velvet Goldmine (que hoy acusa unos juveniles 47 años) habla por teléfono -y bebe su matutino café- precisamente desde esa misma ciudad del Oeste norteamericano a la que se mudó en 2000 "buscando cambiar de vida, salir un poco de la costa Este, de Nueva York. "Justo en ese proceso de mudanza me descubrí muy identificado con cosas de las que él habla en algunas de sus canciones", agrega.

En ese momento, el director estaba trabajando en el guión de Lejos del paraíso y empezó a cranear la idea de hacer una película sobre Dylan. El filme, asegura él, no es tan poco convencional como parece. "Tiene todos los momentos y escenas típicas de las biografías de músicos, sólo que no están conectadas entre sí de la manera usual".

Veamos: seis actores hacen sie te versiones diferentes de alguien que puede ser Bob Dylan, pero que nunca se llama así. Un chico negro que dice llamarse Woody Guthrie, un adolescente que deletrea su nombre como "R-I-M-B-A-U-D", un actor, un músico interpretado por una mujer, un cantante folk, un cowboy, un pastor religioso. Todas son facetas de Bob Dylan -avatares que el hombre representó en distintos momentos de su vida-, pero ninguna lo es. De eso, finalmente, trata la película.

"El tema de todas mis películas es la identidad y la invención, la necesidad de moverse de los estrechos caminos que parecen estar marcados para tu vida -dice-. Dylan es el caso de alguien que inventó su propia historia y le fue bien con eso. A otros personajes míos no les pasa lo mismo. Lo que Dylan representa es la idea de que los Estados Unidos es un país que se construyó en base a gente que venía huyendo de otros lugares y llegó aquí y se inventó una nueva historia, se construyó una nueva identidad".

Feliz por el triunfo de Barack Obama ("espero que con él logremos terminar estos casi 40 años de dominio de esta generación conservadora que nació con Barry Goldwater", dice), Haynes asegura que el estilo particular de su película tiene que ver "con haberme inspirado en estéticas paralelas a la época clave de Dylan, especialmente en cosas de (Jean Luc) Godard, cuyas películas representaban en esa época algo similar a sus canciones. Eso está más que nada en las escenas de Heath Ledger, con esa mirada algo sexista sobre la mujer que tienen tanto Godard como Dylan".

El director dice que, claramente, "la inspiración estética para el segmento de Cate Blanchett (que representa a Dylan en su etapa eléctrica, exitosa y controvertida) es Ocho & 1/2, de Fellini, por esa mirada un poco surrealista a las situaciones, mezcladas con recuerdos del pasado" mientras que también hay lugar para homenajear el cine documental de D.A. Pennebaker (que filmó a Dylan en una gira inglesa, que luego se transformó en el clásico Don't Look Back) y, continúa Haynes, "un homenaje al western revisionista de fines de los '60 y principios de los '70 en la parte del Oeste que interpreta Richard Gere".

Un tema que pasó a ser importante luego de estrenada la película en los Estados Unidos es que se trata de uno de los últimos trabajos de Heath Ledger, quien, encima, encarna la etapa algo depresiva y violenta de Dylan, la de su separación matrimonial. Haynes dice de él: "Era una persona extraordinaria y tenía un talento enorme, grandísimo -recuerda-. Nos hicimos muy amigos filmando la película. Era una gran persona, muy humilde, interesado en todo lo que se hacía detrás de cámaras. Quería dirigir y creo que hubiera sido un gran cineasta. Es una pérdida tremenda".

Pese a pasar casi siete años metido en el mundo Dylan, Haynes no se considera un "dylanófilo". "Leí muchísimas cosas sobre él, pero más me interesó su música en relación a la cultura de la época, no me interesa analizar sus letras ni revisar su basura -dice-. De hecho, estuve muy metido en su mundo antes de empezar el rodaje, durante la preparación. Cuando empezamos a filmar se me pasó. Y hasta me preocupé un poco porque pensé que tal vez no estaba lo suficientemente enganchado como para hacerla".

Cuando se le habla del Dylan en vivo y sus recientes shows en Buenos Aires, Haynes coincide con que "esa manera de deformar sus canciones y hacerlas irreconocibles es parte de la misma búsqueda de salirse del lugar esperado, de darle un elemento de riesgo a cada show. Como cineasta, eso le envidio a los músicos: la posibilidad de expresarte en el momento, ese estar ahí, asumiendo los riesgos".

Haynes sí se manifiesta un obsesivo de la cultura pop y un gran seguidor de distintas corrientes musicales. Ya ha hecho una película casi secreta sobre Karen Carpenter (Superstar, actuada por muñecas Barbie) y luego su filme sobre glam-rock (Velvet Goldmine). I'm Not There es la tercera en esa serie. "Seguramente habrá más, pero por ahora no tengo ninguna en mente".

De cualquier manera, asegura que su mudanza a Portland lo rejuveneció cultural y musicalmente. "Estoy rodeado de gente joven, es una ciudad tranquila pero muy vibrante en términos de actividad musical", dice acerca de la lluviosa ciudad del Noroeste de donde provienen músicos como Elliott Smith y cineastas como Gus Van Sant. Confiesa que su nueva banda favorita es MGMT (a quienes llama "Management", ya que "de ahí viene esa sigla") y que odia American Idol.

Por último, una curiosidad. ¿Vio Dylan la película? ¿Recibió algún comentario de él? "No, directamente -asegura Haynes-, pero me llegó por terceros que la vio y que le gustó. Dijo algo así como Lo consiguieron. Y me alegró muchísimo, claro".


Un plus:

Se sabe que Todd Haynes no es un director de películas sencillas. Su título más popular, Lejos del paraíso era una revisión de los melodramas de los años '50 "tamizados por Fassbinder", dice. Se sabe, también, que como buen estudiante de cine que fue ama incorporar elementos teóricos (estudios de género, análisis semióticos) a sus películas. Pero lo que no se sabía hasta ahora era su interés por la psicología y, especialmente, por la figura de Sigmund Freud.

"Quiero hacer una película sobre él -asegura-. Será una biografía, un poco también como la de Dylan, poco convencional. Pero no quiero pasar de un proyecto tan complicado como fue I'm Not There a otro que lo será aún más como ése. Así que ahora estoy trabajando en otras cosas, más pequeñas, de las que todavía no puedo adelantar mucho. Tampoco sé cual terminaré haciendo".


Creo que desde que vi la película, no he dedicado ningún post (en este blog) a tal. Y con lo mucho que me gustó, lo conforme que quedé, lo maravillada, fascinada, no podía no hacerlo.

viernes, 20 de junio de 2008

Trailer y web oficial de The Curious Case of Benjamin Button


jueves, 12 de junio de 2008

Nuevas candids





exhibition preview of ‘Surviving Australia, Surprising Animal Secrets’






miércoles, 11 de junio de 2008

Nuevas candids